Neumáticos de invierno, todo lo que debes saber

Aunque en nuestro país no estamos acostumbrados a tener neumáticos diferenciados para el verano y el invierno, hay que destacar la importancia de llevar el neumático adecuado para cada época del año. Al bajar las temperaturas, es fundamental para nuestra seguridad que equipemos nuestro vehículo con los neumáticos adecuados para la época invernal.

Los neumáticos de invierno son una parte importante de la seguridad al conducir durante los meses fríos. Estos neumáticos ofrecen un agarre y tracción mejorados en condiciones de bajas temperaturas, lo que reduce el riesgo de sufrir accidentes en carreteras resbaladizas y cubiertas de agua, hielo o nieve. Pero sus ventajas se pueden percibir no solo en carreteras nevadas, sino con cualquier condición invernal, en particular en superficies mojadas a temperaturas menores de 7°C.

Los neumáticos de invierno se fabrican con compuesto especialmente diseñado para proporcionar mayor agarre en condiciones frías y húmedas. Esto se logra gracias a la mezcla adecuada de gomas sintéticas que permiten el flujo constante del material del neumático a través del pavimento cuando hay nieve o hielo presentes en la calzada. Además, están diseñados para proporcionar mayor tracción en curvas cerradas y frenadas bruscas, por lo que resultan ideales para climas fríos. Otro beneficio importante es su capacidad para resistir al desgaste excesivo causado por el uso prolongado sobre nieve y hielo.

A continuación, te explicamos todo lo que debes saber sobre los neumáticos de invierno: sus características y cómo elegir los adecuados para tu vehículo.

Razones para equipar un vehículo con neumáticos de invierno

Los neumáticos de verano son menos eficaces cuando baja la temperatura, lo que les hace ser más peligrosos en determinadas situaciones. El caucho endurecido debido al descenso de las temperaturas provoca un mal agarre en el asfalto. Por este motivo es más que recomendable cambiar los neumáticos de verano a los de invierno cuando la temperatura esté por debajo de los 7 °C.

Los neumáticos de invierno están fabricados con materiales que se adaptan al frío en todo tipo de suelos, secos, húmedos, nevados o helados. Están compuestos por un caucho flexible, así como bandas de rodadura profundas que garantizan un mejor agarre a la superficie. El resultado es que se optimiza la maniobrabilidad y el manejo del coche en carretera y se reduce notablemente la distancia de frenado. Por ejemplo, sobre asfalto seco pero frío, con un neumático de invierno podemos reducir en un 50% la distancia de frenado, y en caso de que el asfalto esté mojado, en un 15%.

Los meses en los que se recomienda en la península llevar neumático de invierno son de octubre a abril, cuando las condiciones de conducción pueden ser muy variables, y el estado del asfalto puede cambiar de seco a húmedo, nevado o helado de un día para otro. Por este motivo es muy importante utilizar neumáticos adaptados a las condiciones invernales en nuestro vehículo. Los neumáticos de invierno ofrecen su rendimiento óptimo dentro de un rango de temperaturas situado entre los 7 grados positivos y los 20 grados bajo cero.

Sin embargo, los neumáticos de verano rinden al máximo hasta 40 grados positivos, empezando a sufrir bastante por debajo de los 0 grados centígrados.

Diferencia entre el neumático de invierno y el de verano

La principal diferencia entre un neumático de invierno y uno de verano y la más visible, es su dibujo. Los grandes canales del dibujo del neumático de invierno permiten evacuar de manera más rápida y eficiente el agua que encuentran a su paso sobre el asfalto, reduciendo de esta forma el riesgo de sufrir aquaplaning. El aquaplaning es una situación que se puede dar durante la conducción y en la que un vehículo al pasar a una cierta velocidad sobre una superficie cubierta de agua, sufre una pérdida de tracción y control del mismo por parte del conductor.

Para el correcto comportamiento sobre la nieve, el neumático de invierno ofrece unas laminillas en la banda de rodadura que atrapan la nieve y queda fijada sobre la cubierta, mejorando el agarre de forma notoria. Estas laminillas son posiblemente lo más característico de este tipo de neumático. Visualmente podemos observarlas como una especie de cortes en la banda de rodadura. De este modo la nieve que se adhiere al propio neumático hace que el agarre sobre la nieve del asfalto sea muy superior.

A su vez, los neumáticos de invierno se distinguen porque llevan el marcaje 3PMSF. Dicho marcaje se identifica con el logotipo de una montaña de tres picos y un copo de nieve. Este logotipo garantiza que nos encontramos ante un neumático capaz de afrontar con la máxima seguridad las condiciones más duras del invierno.

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